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jueves, 21 de abril de 2016

Los pezones de Rihanna. El coito sin fin del capitalismo



Fragmento de un fotograma de su videoclip "Kiss It Better".



Jon E. Illescas

Rihanna es la Reina absoluta del videoclip mainstream. Si analizamos los 500 vídeos musicales más vistos de la primera década de YouTube, en nada menos que en 26 aparece la célebre cantante.1 La barbadense más internacional, apadrinada por el extraficante, rapero y multimillonario ejecutivo estadounidense Jay-Z, supera ampliamente a otras estrellas del pop como Justin Bieber, Katy Perry o Shakira. Sin embargo, la cantante tiene otro hito en su poder. El año pasado apareció por primera vez haciendo topless en su vídeo Bitch Better Have My Money (“Zorra, mejor que tengas mi dinero”). Nunca antes se había producido un topless de una reina del pop en un videoclip dominante. La Madonna negra del siglo XXI superó a la caduca Madonna blanca del XX.2 Desde entonces, Rihanna no ha cesado en su empeño de mostrarnos los senos en cada uno de sus nuevos vídeos. Y ya llevamos tres.3
 
Así es, porque posteriormente al citado siguió con su estrategia de seducción,  tanto en su videoclip Work (“Trabaja”) en compañía del rapero Drake, como en Kiss It Better (“Bésalo mejor”). En todos, la célebre intérprete decidió mostrar sus otrora privadas areolas al conjunto de la juventud mundial. ¿Exagerado? Los tres vídeos suman en pocos meses más de 350 millones de visualizaciones, una población que multiplica por tres la suma de todos los jóvenes de la Unión Europea y Estados Unidos.4 Pero, ¿cuál es la razón de esta aparente obsesión de Rihanna con sus pechos?

En realidad no se trata de la voluntad de la cantante, aunque en última instancia, tenga que dar su consentimiento (faltaría más). Se trata del modo de producción que marca la lógica que determina la forma y el contenido de estos videoclips más comerciales: el capitalismo. En este sistema socioeconómico la mayoría de los productos se realizan con la “interacción” de dos clases sociales: los empresarios, que son los dueños de los medios de producción (empresas, medios de trabajo, materias primas, etc.) y los asalariados, que como no tienen aquellos han de trabajar para los primeros a cambio de un salario con el que sobrevivir. El problema es que, pese a las apariencias,  no es un trato justo entre ciudadanos libres porque el salario tiene un valor inferior al trabajo realizado por los “currantes”.5 ¿De lo contrario, de dónde saldría el beneficio? El salario no paga el trabajo de más contenido en las mercancías propiedad del empresario. Por esa razón, una vez vendidas, los empresarios transforman ese plustrabajo/plusvalor en suculentas ganancias. 

¿Y qué tiene que ver todo este anticuado “rollo marxista”? ¿No era más adecuado para los explotados obreros de las fábricas de algodón de Mánchester en siglo XIX que para los provocadores videoclips de la musa caribeña en el XXI? En realidad no, porque la explotación capitalista se da en todos los sectores donde interaccionan económicamente estas dos clases sociales que todavía hoy escinden a la humanidad en dos partes enfrentadas. Poco importa si fabrican coches, helados, misiles, videoclips, condones o rosarios del Papa Francisco. El videoclip es así un producto audiovisual que en nuestro sistema adopta la forma social de mercancía capitalista, es decir, se fabrica mediante la inversión de capital de empresarios que contratan a trabajadores para producir un vídeo de su propiedad con el fin de venderlo en el mercado al mejor precio posible. 

¿Y en qué momento entran en acción los pechos de Rihanna? En la lucha frente a la competencia. Pues resulta que el ojo humano, sea masculino o femenino, observa un 20% más rápido que cualquier otra imagen aquellas que poseen contenido sexual.6 Por esa razón otra famosa estrella del pop, Miley Cyrus, sentenció sabiamente aquello de: “Eres más famosa cuanto más enseñas las tetas”.7 Por ello en un mercado audiovisual (pongamos YouTube) repleto de videoclips en durísima competencia, es funcional para los empresarios que los financian utilizar el reclamo visual para congregar las atenciones de los espectadores.8 Una vez reunidas serán vendidas como nuevas mercancías a los anunciantes que pagarán por esos videoclips. Es decir, cuando millones de jóvenes queden atrapados/as observando la artísticamente realzada sexualidad de Rihanna o los pectorales de Justin Bieber, los anunciantes de turno tendrán que pagar al canal YouTube y a los propietarios del vídeo (Universal, Vevo, etc.) por haber construido un excelente cebo capaz de transformar esas atenciones en mercancía. De este modo, las empresas anunciantes podrán bombardear a los seguidores de Rihanna y Bieber con esa desarrollada forma de lavado cerebral llamada publicidad. Y todos contentos, ¿verdad?

En realidad, hay muchos que salen perdiendo. No sólo los trabajadores que cada vez son más pobres en relación con los empresarios,9 sino también los amantes de la música y el arte del videoclip. Debido a los condicionamientos capitalistas que encorsetan la música dirigida a las mayorías, ésta es cada vez más pobre musical y semánticamente hablando. Paralelamente, los videoclips que la ilustran tienen una forma y un contenido crecientemente homogéneos. La oligarquía mediática que personifica la lógica capitalista y de clase de la industria cultural impide que la música de masas sea más variada y de mayor calidad de lo que es.10
Además, con los videoclips mainstream se produce lo que denomino la “estrategia del coito sin fin”.11 Ésta basa su poder de atracción en la continua excitación sexual del espectador. Así retiene su mirada en una zozobra interminable que continuamente contiene la promesa del orgasmo que su mismo flujo comunicacional debe negar para que la atención sea constantemente (re) mercantilizada y desviada hacia la oferta mercantil representada en el contenido audiovisual. En el videoclip dominante, la maldición del coito sin fin alcanza su expresión más elevada y sus agotados voyeurs forman su castigado público fiel.
Como la oligarquía mediática que controla/censura la música de masas desde la cima de la industria impide que la música destinada a las mayorías verse sobre  otros temas diferentes al sexo, la riqueza, la competitividad, la agresividad o el amor/desamor, hay decenas de temas importantes para la juventud que enmudecen o directamente desaparecen del flujo del videoclip mainstream. Entre ellos están aquellos que tienen que ver con la crítica al sistema: a las desigualdades sociales, las guerras, el hambre o el cambio climático. Pero tampoco encontraremos otros alejados de la política como la amistad, la solidaridad, la espiritualidad o el amor entendido más allá del unidimensional atractivo físico.   Por eso cada vez veremos más vídeos de Rihanna enseñando sus intimidades y menos de aquellos que no versen sobre el reclamo sexual. Habrá más videoclips como Work y menos como el políticamente comprometido y parcialmente censurado They Don’t Care About Us de Michael Jackson.12 En la actualidad, la libertad artística de los cantantes más populares es de la más bajas que se recuerdan debido a la concentración y centralización del capital que ha permitido que la luz verde sobre los vídeos más comerciales que verán la luz se tome cada vez por menos manos. 

La existencia de algún grupo crítico como Calle 13 o Rise Against en el flujo audiovisual proporcionado por la gran industria (con sólo tres grandes discográficas controlando la distribución de más del 92% de los videoclips más populares) no cambiará el hecho de que el flujo sea aplastantemente mayoritario en favor de ideologías y valores (o contravalores) funcionales para el empresariado.13 Un par de célebres amigos lo apuntaron hace mucho tiempo: “Las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en cada época […] La clase que tiene a su disposición los medios para la producción material dispone con ello, al mismo tiempo, de los medios para la producción espiritual, lo que hace que se le sometan […] las ideas de quienes carecen de los medios necesarios para producir espiritualmente”.14

Quizás en la huida sin fin a la que está abocado el capitalismo (económico, político y cultural) lleguemos a una situación que hoy todavía puede parecernos sorprendente. Así es porque quizás dentro de unos años, en los videoclips dominantes, las estrellas de la canción deberán realizar escenas de sexo explícito para llamar la atención de los espectadores.15 No en vano, no pueden reclamarla de otro modo ajeno a la sexualidad y si ya están mostrando pezones, no se puede disminuir la temperatura de la provocación. No enseñarlos a partir de ahora será un riesgo empresarial de primer orden. Al menos para Rihanna y similares. Y esto que parece una broma de mal gusto en realidad nos ilustra sobre el sinsentido (social) de nuestro sistema. 

Llegados al final de esta reflexión, tres preguntas me rondan. De lo micro a lo macro: primera, ¿cuántos videoclips interpretará a partir de ahora Rihanna sin mostrar sus pezones? Segunda, ¿cuándo se realizará la primera penetración o felación de una celebridad en un videoclip dominante? Tercera, ¿cuándo la mayoría social se percatará que no hay otro presente cultural posible bajo el capitalismo? Añado una cuarta con ansias constructivas: ¿Cuándo los que deseamos lograr un mundo mejor nos daremos cuenta que con este “alimento cultural” no habrá futuro alternativo posible sin crear una cultura contrahegemónica que seduzca a las mayorías? 

El tiempo pasa inexorable, se acelera y en manos de otros nos oprime sin que apenas se oigan respuestas. Comencemos al menos por preguntarnos en voz alta qué hacer o los de siempre, desde sus grandes altavoces, nos seguirán dictando el ritmo y la melodía de nuestras vidas. Y mientras tanto, desde el altar del poder secular de la burguesía,  los pezones de Rihanna o quien la substituya serán el opio de un futuro repleto de cadáveres. Los nuestros, masacrados por lacerantes ritmos de trabajo, por la constante burla política y por el exterminio de toda cultura impregnada de humanismo. 

No es cuestión de censurar el contenido sexual de ningún producto cultural, ni mucho menos, sino de entender que los seres humanos somos algo más que falos y pechos ansiosos de ser consumidos. Algo que, dicho sea de paso, contradice la función que el capitalismo nos tiene asignada. Por eso Rihanna es prisionera de sus propios pezones, convertidos en punta de lanza de las ubres del capitalismo internacional. 

Jon E. Illescas es Doctor en Sociología y Comunicación y Licenciado en Bellas Artes. Recientemente publicó La Dictadura del Videoclip. Industria musical y sueños prefabricados (El Viejo Topo, 2015). 

El presente artículo fue finalizado el 19 de abril de 2016 y publicado en el Topo Express. Tiene derechos Creative Commons y puede distribuirse libremente sin ánimo de lucro, citando la autoría y respetando todo el formato.

Notas:

1. ILLESCAS, Jon E. (2015), La dictadura del videoclip. Industria musical y sueños prefabricados. Barcelona: El Viejo Topo, p. 65.

2. Madonna mostró un pezón durante unas fracciones de segundo casi imperceptibles de un plano general de su videoclip Papa Don’t Preach (1986), donde ya era una estrella. En concreto en diferentes momentos del metraje  entre el 1:36 y el 1:39.

3. Algunas veces sin ninguna prenda por encima (Bitche Better Have My Money) y en otras con alguna transparente (Work).

4. EUROPEAN COMISSION (2015), Situation of Young People in the UE, Bruselas: European Comission, p. 7. Datos para Estados Unidos: Indexmundi [Consultado el 19/04/2016].

5. MARX, Karl (2010), El Capital (3 tomos). Madrid: Siglo XXI [1872, (segunda edición en alemán con notas de la 3ª y 4ª )].

6. ANOKHIN, Andrey P. y otros (2008), «Rapid discrimination of visual scene content in the human brain». En National Institute of Health, [en línea], 4 de junio.

7. GÓMEZ, Lourdes (2014), «Miley Cyrus: ‘Eres más famosa cuanto más enseñas las tetas’». En El Mundo, [en línea], 6 de mayo.

8. El primero en descubrir la mercantilización del público fue el comunicólogo Dallas W. Smythe. Posteriormente, el que precisó que en realidad no era el público el que se transformaba en mercancía sino sus atenciones fue Tanner Mirrlees.

9. FARIZA, Ignacio (2015), «El 1% más rico tiene tanto patrimonio como todo el resto del mundo juntos». En El País, [en línea], 13 de octubre.

10. ILLESCAS, Jon E. (2015), La dictadura del videoclip. Industria musical y sueños prefabricados. Barcelona: El Viejo Topo, capítulo 

11. Ibíd., p. 283.

12. Nos referimos a su versión censurada Prision, pero también a la que obtuvo una censura menor y conocen casi todos sus fans, grabada en Brasil. Ibíd., pp. 400-402.

13. Ibíd., p. 138.

14. MARX, Karl y ENGELS, Friedrich (1846), La ideología alemana. Barcelona: Grijalbo [1972], p.50.

15. En los conciertos, varios cantantes de primera fila ya simulan tener sexo con sus seguidores. Véase: ILLESCAS, Jon E. (2015), La dictadura del videoclip. Industria musical y sueños prefabricados. Barcelona: El Viejo Topo, p. 287.

lunes, 14 de diciembre de 2015

La Dictadura del Videoclip (Nuevo libro de Jon E. Illescas)

Portada del libro obra de Miguel Brieva.


Después de siete años de investigación y casi uno de escritura, estoy muy feliz de anunciaros que ya está a la venta mi nuevo libro: "La Dictadura del Videoclip. Industria musical y sueños prefabricados" (El Viejo Topo, diciembre de 2015). Además de un pliego central con imágenes a todo color, el título cuenta con estupendas ilustraciones del artista plástico Miguel Brieva. A continuación os dejo la sinopsis que aparece en la contraportada:

¿Cómo acabó Shakira trabajando para el presidente de los Estados Unidos y Katy Perry para el Pentágono? ¿Por qué hay tan pocos artistas comprometidos en plena crisis? ¿Cómo se ponen “de moda” las canciones que todos conocemos? ¿Qué relación hay entre los videoclips y la falta de conciencia crítica de gran parte de la juventud? En esta obra multidisciplinar se exponen las conexiones ocultas entre las estrellas del pop, la industria cultural, el narcotráfico, la alta política y el capitalismo global. Analizando la propiedad y el funcionamiento de las grandes empresas que crean la música de masas, se desvela cómo la élite de la clase dominante reproduce en los jóvenes valores e ideologías funcionales para renovar su poder.

Con la difusión de Internet, el videoclip se ha transformado en  el producto cultural más consumido por la juventud internacional, por encima de libros, películas, videojuegos o programas de TV. En base al análisis de los 500 vídeos más vistos en YouTube, se exponen las constantes y las ausencias más notables del contenido de este flujo audiovisual que condiciona la vida de millones de adolescentes. Además, el libro, narra las biografías críticas de las 20 estrellas más importantes del pop señalando controvertidos aspectos de su camino hacia el poder. También analiza la música que nada a contracorriente, exponiendo la censura que enfrenta y esbozando sus posibilidades futuras.

Un libro explosivo que de un modo sumamente entretenido y con sentido del humor aúna claridad expositiva, profundidad teórica y rigor científico. Una obra original que no se parece a nada de lo que haya leído y que resultará imprescindible, no sólo para quien busque entender críticamente la producción del pop actual, sino también para aquellos activistas o educadores  interesados en construir un mundo mejor.

domingo, 10 de febrero de 2013

Los orígenes del videoclip en la Revolución Cubana

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Los orígenes del videoclip en la Revolución Cubana

Jon Illescas

El realizador cubano Santiago Álvarez Román sorprendió a muchos en 1965 con un cortometraje en forma de videoclip llamado “Now!”. La temática del mismo versa sobre la lucha de la población afroamericana por sus derechos en Estados Unidos, en los convulsos sesenta del pasado siglo. “Now!” impacta por su montaje dinámico y la mezcla de imágenes fijas y en movimiento que acompañan los compases de la canción que le da sentido. El tema, llamado “Now” (basado en la partitura de la canción hebrea “Hava Nagila”), es interpretado por la legendaria actriz y cantante afroestadounidense Lena Horne. Horne fue una luchadora de izquierdas, amiga del polifacético comunista y superdotado Paul Robeson1, y colaboradora intermitente del ala izquierda del Partido Demócrata de la época. Horne fue perseguida y condenada por el Macarthismo por sus simpatías comunistas. Sufrió durante gran parte de su vida por el compromiso que mantuvo con el pueblo afrodescendiente y la clase trabajadora. Afortunadamente, a diferencia de otros luchadores públicos, murió de avanzada edad a los 92 años rodeada de los suyos.

El corto “Now!” se adelantó una década al considerado por toda la bibliografía especializada (anglosajona) como el primer videoclip (con vocación comercial) de la historia: el Bohemian Rhapsody de Queen. En “Now!”, a diferencia de otros cortos de la época, el tema musical no es accesorio sino central. Las imágenes junto a la letra de la canción ilustran un nuevo mensaje en la mente de los espectadores y Álvarez, conscientemente, juega con este recurso expresivo. La poderosa voz de Lena Horne vehicula la canción y su ritmo es clave para todo el montaje. Una de las novedades del corto radica en que comienza y finaliza con la composición musical, alzando uno de los pilares para el posterior despegue del videoclip comercial. “Now!” fue filmado en 35 mm y la fotografía corrió a cargo de Pepín Rodríguez y Adalberto Hernández2. El “protovideoclip” es prueba del compromiso vital del arte de Álvarez. En sus propias palabras:

El cine no es solo cuestión de estilos, o formas expresivas, es también un problema ideológico. Sin una consecuente toma de posición frente a estos problemas no habrá jamás una verdadera obra revolucionaria y puesta al servicio de las causas más progresistas de la humanidad.3

El año de realización de la obra, 1965, fue especialmente convulso para la historia de los EUA después del asesinato de Malcolm X en febrero. Tres años más tarde moriría también asesinado Martin Luther King. En esas fechas, King estaba radicalizando su lucha alejándose de lo que el Partido Demócrata podía tolerar, uniendo las protestas de los afrodescendientes con las movilizaciones contra la Guerra de Vietnam. Justo unos meses después del asesinato de King en 1968, la lucha adquiriría un nuevo nivel con la fundación de los Panteras Negras en California. Este grupo revolucionario supo mezclar la lucha por la emancipación de la población negra con la lucha contra el capitalismo desde una perspectiva marxista-maoísta. Unió la solidaridad inmediata (llamada por algunos izquierdista cortos de miras como “asistencialismo”) con el compromiso revolucionario de la autodefensa armada4. Esto despertó todas las alarmas en el FBI que los llegó a considerar uno de los mayores peligros internos para los Estados Unidos, lo que le llevó a desarrollar el programa COINTELPRO para neutralizarlos5.

El gobierno cubano de la época, en su internacionalismo, fue solidario con la lucha de la población afrodescendiente por la igualdad de derechos en los Estados Unidos. Ante la violencia desatada por el gobierno estadounidense contra los Panteras Negras, varios de sus miembros consiguieron asilo político en la isla. Algunos incluso establecieron su hogar en Cuba, como es el caso de la activista Assata Shakur, todavía residente en la nación caribeña.

Para finalizar, me gustaría acabar con unas palabras del propio director, Santiago Álvarez, en relación a la vivencia que le motivó la realización de “Now!”:

...[Now!]nació de un fragmento instantáneo: tomé un ómnibus de la Greyhound linea que hacía el recorrido de Miami a New York, era un local, esos que se detienen en todos los pueblos, a lo largo del trayecto iban subiendo negros del sur. El ómnibus se fue llenando de negros. En un momento dado, sube una negra con un niño en los brazos. Yo lógicamente, cuando la vi entrar, traté de ofrecerle mi lugar. Las personas que estaban en el ómnibus comenzaron a decirme horrores en inglés. La negra se puso nerviosa. El inglés que yo conocía no era muy bueno, pues era el que había estudiado en el instituto. Yo le dije a la negra que me diese al niño para tomarlo en mis brazos. Las personas que iban en el ómnibus comenzaron a gritarmeson of a bichy miles de cosas más. Yo les contesté: "me van a tener que matar para arrancarme a este negrito de las piernas". Ahí la negra quedó desesperada y aterrorizada y me pedía que no hiciera eso. En aquella época había una ley, escuche esto, una ley y no una costumbre, según la cual los negros sólo podían sentarse en los últimos dos asientos del ómnibus. Debido a esto la negra, presa de pánico tomó a su niño y se fue hacia atrás. Aquella experiencia se grabó fuertemente en mí.6

Gracias por transformar esa huella en inmortal Santiago, por tu corazón cuarteado de arte, compromiso y sensibilidad.

* Jon E. Illescas Martínez, también conocido como Jon Juanma, es licenciado en Bellas Artes y doctorando en Sociología y Comunicación en la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad de Alicante. Su correo: jonjuanma@gmail.com , y sus blogs son: Planeta Videoclip y Jon Juanma.


Notas:

1. Robeson fue abogado, atleta, cantante y actor de teatro, además de avezado políglota. Fue amigo de personalidades como Pablo Neruda o Serguéi Eisenstein, . Vino a España con la “Brigada Lincoln”, para apoyar a los republicanos en su lucha contra las fuerzas fascistas de Franco durante la Guerra Civil. Para que no sufrieran el racismo que él padeció cuando era pequeño en el sistema educativo estadounidense, llevó a sus hijos a estudiar a la URSS.


3. Beltrán, Marcela:Santiago Álvarez. Poeta de la imagen revolucionaria.En Blogs and Docs, 5 de abril de 2009: http://www.blogsandocs.com/?p=375 (2013/02/10).

4. Inspirados en el “Libro rojo” de Mao Zedong, los Panteras Negras desarrollaron varios programas de ayuda al pueblo, entre los que destacaba el “Desayuno gratuito para niños”. Con él llegaron a alimentar a más de 10.000 pequeños antes de ir a la escuela.

5. Este programa alternaba las medidas legales con las ilegales, se basaba en cuatro puntos centrales: infiltración, guerra psicológica, hostigamiento legal y violencia terrorista.

6. En “El ojo de la revolución, el cine urgente de Santiago Álvarez” de Amir Labaki.


sábado, 2 de febrero de 2013

30 segundos para salvar el mundo.

 

30 segundos para salvar el mundo.

A Beautiful Liede 30 Seconds to Mars

Jon Illescas *

El grupo de rock 30 Seconds to Mars, liderado por el vocalista, guitarrista y actor Jared Leto nos obsequió en 2007 con este maravilloso videoclip llamado “A Beautiful Lie” (Una mentira bonita), perteneciente a su disco homónimo. La temática del vídeo es nítidamente ecologista, con un mensaje muy claro: si seguimos contaminando como hasta ahora, por el derretimiento de los casquetes polares producidos por el calentamiento global, el nivel del mar aumentará cubriendo diversas zonas del planeta (hoy pobladas). Algo muy parecido a lo que nos relata el maravilloso libro de Michael Löwy1 “Ecosocialismo: La alternativa radical a la catástrofe ecológica capitalista” (2012, Madrid: Siglo XXI). En los capítulos finales de esta obra de Löwy aparece un sugerente (y posible) diálogo futuro en la Copenhague de 2049. El pequeño Stephan, durante un paseo por la playa en una “fresca” mañana de primavera con 42º, le pregunta a su abuela Sarah si es verdad que debajo del mar hay antiguas e importantes ciudades como la propia Copenhague, Venecia, Londres, Nueva York, Hong Kong o Río de Janeiro. La abuela le contesta afirmativamente y le explica a Stephan cómo llegaron hasta allí. Al parecer, el número de las clases populares concienciadas no fue suficiente para evitar el punto de no retorno ecológico. La élite dirigente venció con su mentalidad egoísta, cortoplacista y suicida de acumulación de capital (con su contraparte del crecimiento continuo y consumismo) y no supo (ni quiso) evitar la catástrofe.

Como 30 Seconds to Mars no quiere verse en ese escenario apocalíptico, y nosotros tampoco, os invito a ver este estupendo videoclip con mensaje comprometido. El vídeo fue dirigido por el propio Leto que firmó bajo el seudónimo de Angakok Panipaq. Su difusión fue acompañada de una campaña donde por cada descarga la banda destinaría una parte de los beneficios a organizaciones ecologistas. Este compromiso de la banda se extendió a la inauguración de la web A Beautiful Lie2 contra el calentamiento global y el cambio climático.

Desde luego que los chicos de 30 Seconds to Mars siempre se han tomado muy en serio el tema del videoclip, hasta el punto de ser, sin lugar a dudas, una de las bandas con más calidad en producción de clips de todo el mundo. Ellos entienden el formato videoclip como una extensión de la canción y una obra de arte con entidad propia. Sus vídeos son una gozada audiovisual por la fotografía, la dirección artística y el atrezzo. Algunos de sus clips son auténticas superproducciones cinematográficas en miniatura, como es el caso de la maravillosa “Yesterday” o la sensual y surrealista “Hurricane”.

La dirección de fotografía del vídeo corrió a cargo del danés Kasper Tuxen3 y la paleta cromática fue obra de Shane Harris. El vídeo conjuga bien dos velocidades diferentes: la cámara lenta de los miembros de la banda tocando y los veloces travellings y panorámicas a través de los casquetes polares. Sin más preámbulo os dejo que disfrutéis de “A Beautiful Lie” con sus impresionantes imágenes de los icebergs (todavía en pie) en las heladas aguas de Groelandia4.

* Jon E. Illescas Martínez, también conocido como Jon Juanma, es licenciado en Bellas Artes y doctorando en Sociología y Comunicación en la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad de Alicante. Su correo: jonjuanma@gmail.com , y sus blogs son: Planeta Videoclip y Jon Juanma.

Notas:

1. Löwy fue junto a Joel Kovel, el coautor en 2011 del Manifiesto Ecosocialista.


3. Tuxen también fue el director artístico del videoclip “Take Care” de Drake y Rihanna.

4. Allí fue donde se grabó el videoclip. Políticamente Groelandia en una región autónoma del Reino de Dinamarca, con una población total menor de 60.000 habitantes.

Este artículo fue finalizado el 2 de febrero de 2013 y tiene derechos Creative Commons. Puede reproducirse sin ánimo de lucro, respetando el formato, el contenido y la autoría.